miércoles, 11 de noviembre de 2009

CRÓNICA DE LENGUAJE

EL LENGUAJE COTIDIANO COLOMBIANO

Quien mejor acude al modismo, más colombiano es!

Por: Alexis Fúkene Gómez


Es una frase que ha comenzado a inquietarme, las formas en que alguien se expresa no podrían ser las más adecuadas pero ayudarán a romper el momento tensionante si alguna vez existe, porque es cautivante o quizá no muy sutil, claro cuando alguien no lo sabe expresar, porque es una expresión la que invita a reír o a ser distante.
Los actores son las personas, aquellos individuos que solamente se comunican, de mil formas para dar a entender algo, a veces hablando un mismo idioma o creando uno propio, tan propio que lo convierte en una particularidad, como la que hoy en día ha ido cambiando a través de los tiempos y de las épocas en que la ciencia sigue avanzando y la tecnología define su estilo.

Regresando a nuestro tema de expresión, en Colombia, un país del sur de América, rico en recursos naturales y donde su gente tiene carisma, es un territorio que crea identidades día a día, y esa creación la hace diferente de otras naciones que desconocen la forma de vivir en medio de tanta desazón política, y es aquí, desde el ámbito de la política que se utilizan nuevos lenguajes o expresiones que se vuelven con el tiempo cotidianas, porque los representantes del pueblo también las utilizan, lo que los académicos pudieran llamar modismos y que los colombianos adoptan a su forma de expresión verbal.

La situación actual de la economía mundial amerita que se acuda a buenos manejos del dinero por parte de cada persona, pero algunos para maquillar la situación y expresar que no están tan mal podrían decir: “ahí en la lucha”, porque son un poco optimistas, entienden que así estamos todos, que cuando incomoda algo dicen con signo de interrogación: “que tal mi tío?” porque al parecer todos pueden ser parientes que cuando son incumplidos se convierten en “mucho chirrete”, que si es tonto será “mucha habichuela”, que se pueden llamar, si no quieren que los incomoden especialmente “no jodás Jonás”; porque en caso de que los tildes de gustar el mismo género dirán que “primero calvo que con trenzas”, y si pasó algo en una noche loca y por culpa del alcohol, se hace relevante el “si te vi no me acuerdo”, y para que nos presten algo, la frase convincente será “venga, todo bien”, porque cuando algo está listo es que “sale pa’ pintura” o “listo pa’ la foto”.
Si hace mucho no vemos a alguien el mejor modismo utilizado es “dichosos los ojos”, lo que indica que es bueno verle de nuevo, y si preguntan por algo que la respuesta siempre va a ser negativa, el “nanay cucas” es el artilugio perfecto, y con las situaciones complicadas “me la puso de pa’rriba” es el mejor calificativo para la situación.

En este país de tanta gente pujante, también es permitido que otro compatriota nos diga: “qué, se delicó?”, si nos dejan con mal genio, porque existe el mal genio entre tanto argot colombiano, y por supuesto como en esta nación se come muy bien, la sazón es exquisita y los mejores manjares son los de la casa, donde encontramos el glotón que la familia apoda como “el comete alguito”, porque “donde come uno, comen dos”, y podemos estar en la misma situación que alguien cuenta, ya sea emocional, económica o social, entonces “así está María de un pecho”, y sin saber “quién carajos” es María, podríamos pensar que es la de Jorge Isaacs.

La lista sería muy larga si de utilizar modismos se trata, pero por ahora sería bueno una despedida, podría ser formal y con agradecimiento por la atención prestada, o quizá sin tanto protocolo y un simple adiós es suficiente, pero como lo importante es utilizar los colombianismos, “tons” “nos vemos en el espejo”, o si no le parece “parce” porque usted se “rayó”, mejor sabe que, “suerte, dijo el lotero”, o como el plomero, “tuberías”, o como la nube, “lloveré”; ah “ni jodamos”, le podría decir “chaolín” y ud me entiende, así que como dijo el conejo: “alzo el c… y los dejo”

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