Algunos estudiantes cavilan para crear su crónica
Por: Alexis Fúkene Gómez
Dos o tres golpes en la puerta del salón de clase, lo que indica que ya han pasado algunos minutos después de las 6 de la tarde, la clase de redacción para prensa ha comenzado. El profesor Piedrahita pregunta si hay alguna inquietud con las notas y al no recibir respuesta alguna, da inicio a su clase del día lunes.
Aunque los alumnos no están satisfechos con sus notas, inician el nuevo ejercicio puesto en clase, el tema es la crónica, es nuevo y se dedicarán a realizar una, porque esto será parte de la nota para este último corte, que significa el mayor porcentaje en el semestre; y como los estudiantes deben mejorar la nota de esta materia, cavilan un poco para que lo escrito sea notorio, excelente, y casi perfecto para poder mejorar su promedio académico.
No es fácil dar inicio al texto para algunos estudiantes, quizá las miradas perdidas sean más concluyentes que su propia forma de escritura, de relato y de redacción, porque cuando se trabaja al límite de una calificación, son exigentes los detalles de cada ejercicio que se realiza en clase y los que se dejan para la casa.
Por ahora la idea es clara, el tema se ha explicado y todo consiste en aplicar lo visto, porque no serán aceptadas las excusas, ni existirán muchos espacios para permitir al error que se plasme en una de las letras que se insertan a medida que las mentes siguen un proceso, quizá ordenado, lógico y hasta dando paso a lo incoherente, por temor a equivocarse.
Podrían escribir de mil formas, en otro idioma si así lo prefieren, pero la información debe ser clara, pues será leída por los demás compañeros de clase, los que siguen dando forma a su texto; y el sonido de cada teclado le ha ganado al silencio y a las expresiones verbales, que son ausentes por este momento mientras los minutos amenazan con recortar el tiempo de clase.
Así seguirán dando puntadas de lírica para crear su crónica, una herramienta que hace parte de su proceso de formación pero también de su historial académico, porque la formación universitaria así lo exige y es tan relevante como cada uno de sus escritos, de su forma de pensar y de su vida.
Se entiende que todos son elementos en formación, creadores de relatos, imágenes de lo que serán en el futuro, aunque no sea su mayor expresión la escritura, sí será esencial para su carrera, porque hace parte de lo que el éxito decida pedirles como requisito para hacer parte de el.
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